Para algunos directivos de empresas y ejecutivos con cargos intermedios hablar en público puede convertirse en una auténtica pesadilla y en un problema a la hora de cumplir con las responsabilidades derivadas de sus cargos.

 

Para muchas personas hablar en público no es algo fácil y menos cuando el público está formado por un alto número de personas, como puede ser un auditorio lleno, o una convención nacional en la que se encuentran todos y cada uno de los trabajadores de una multinacional escuchando lo que tiene que decir el ponente o en su caso, el director responsable de un área de la empresa que debe presentar los resultados de ese año o el plan de marketing del año siguiente, por ejemplo.

 

 

Generalmente el miedo a hablar en público tiene un origen concreto en el tiempo y con mucha frecuencia suele deberse a una experiencia traumática sufrida a edades tempranas o a una situación forzada en la que la persona lo pasó mal y de la que seguramente, ésta actualmente ni se acuerde.

 

 

El problema es que esa experiencia negativa es la que queda grabada en nuestra memoria emocional y es la que aflora cuando nos encontramos en una situación parecida y que nos recuerda el sufrimiento que nos generó en su día. Aunque no lo creamos, ese “mal trago” está guardado de manera atemporal en nuestro inconsciente y va a quedar ahí hasta que lo tratemos con un profesional ya sea a través de las Técnicas de Integración Cerebral T.I.C o a través de la Hipnosis, que es otra de las herramientas que puede liberarnos del miedo a hablar en público que sintamos.

 

 

Las consecuencias de no tratar de manera correcta la memoria emocional (lo que tenemos grabado en el inconsciente) son la falta de seguridad en uno mismo, el miedo a ser juzgado o rechazado (como pudo pasar en aquella ocasión en la que de niño se generó la mala experiencia) y todos los síntomas físicos derivados como pueden ser quedarse en blanco, tartamudear, sudar, tener el corazón acelerado y por lo tanto no ser capaz de pensar ágilmente en esos momentos.

 

 

Tratar el miedo a hablar en público a nivel racional y cognitivo no es suficiente. Si queremos terminar con este tipo de problemas es imprescindible ponerse en manos de un Psicólogo profesional, quien será capaz de llegar al foco del problema trabajando de manera efectiva en nuestro inconsciente.